La Constitución Nacional
El 1º de Mayo de 1853 el congreso  constituyente de Santa Fe aprobó la Constitución de la Confederación Argentina.
    Después  de la Revolución de Mayo surgió la necesidad de dictar 
una Constitución para la  nación argentina, con la finalidad de 
constituir la unión nacional, afianzar la  justicia y consolidar la paz 
interior.
    La  reunión inicial se celebró el 31 de mayo de 1852 en la ciudad
 de San Nicolás de  los Arroyos, encuentro que se recuerda como 
Acuerdo de San Nicolás.
    El  1º de mayo de 1853 los diputados de las distintas provincias 
(con excepción de  Buenos Aires), reunidos en Santa Fe, sancionaron la 
Constitución Nacional.
    La  constitución promulgada estableció un gobierno 
representativo, republicano y  federal. El federalismo que adoptó fue 
moderado, ya que reconoció la autonomía  de las provincias pero también 
organizó un poder central. Se estableció un  Poder Legislativo 
bicameral, un Poder Ejecutivo unipersonal, elegido por un  colegio 
electoral y sin posibilidad de reelección, y un Poder Judicial  
independiente. El catolicismo se reconoció como religión oficial pero se
  garantizó la libertad de culto. Las constituciones provinciales 
deberían tener  la aprobación del gobierno nacional, y los gobiernos 
provinciales podrían ser  juzgados por el Congreso Nacional. El gobierno
 nacional adquirió poder para  suspender las garantías constitucionales 
por medio del estado de sitio, y para  intervenir las provincias. Se 
declaró la ciudad de Buenos Aires como sede de  las autoridades 
nacionales. Se aseguró el ejercicio de las libertades  individuales y se
 llamó a habitar nuestro suelo a todos los hombres de  distintas 
nacionalidades, concediéndoles derechos civiles.