Camino al Bicentenario... un poquito de historia

Se reconstruye la transformación de La Boca, Barracas, Pompeya, el bajo Flores y otros barrios ribereños del Riachuelo, desde los tiempos en que el pequeño río era un ecosistema vivo en un paisaje silvestre. Remontando las contaminadas aguas del presente se visualiza en cada barrio y en cada puente la transformación del paisaje, el impacto de la revolución industrial y la posterior devastación del área en los años de la desindustrialización, así como la resistencia del tejido multicultural de nuevos y viejos pobladores.

La historia de mi barrio

Los Historiadores coinciden en señalar a la Boca como el lugar en donde Pedro de Mendoza fundó la ciudad de Santa María de los Buenos Aires, en 1536.

Su nombre se debe a que se ubica en la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata.

A fines del siglo pasado, La Boca ya era un barrio en el que había una fuerte presencia italiana con preponderancia de origen genovés.

Es, sin dudas, un barrio con personalidad, y ésta lo debe en parte a su particular arquitectura. Claro está que ello no es ajeno a sus habitantes y al emplazamiento del barrio junto al Riachuelo.

En sus orígenes, sus casas fueron de dos tipos: de madera o de chapa, ambas con balcones de hierro. Sus fachadas de chapa acanalada se combinan con las carpinterías de madera enriquecida por variadas molduras que hacen juego con las cenefas.

Como la pintura era costosa y la cantidad escasa, para pintar toda la casa de un mismo color, se aprovechaba hasta la última gota, por lo tanto, se pintaba primero los marcos hasta agotarla, para pasar luego a las paredes y pintar hasta donde alcanzara.
Este barrio se destaca por su gran colorido y una zona conocida como Caminito, un paseo donde las parejas bailan tango, junto a pintores y cientos de turistas que caminan por la zona.


"Y fue por este río de sureña y de barro que las proas vinieron a fundarme la patria"
Jorge Luis Borges